jueves, 27 de noviembre de 2008

Crímenes contra la humanidad



En este programa se debate sobre los crimenes cometidos durante el franquismo y si deberán o no ser judgado.También son comparados con otras dictaduras como las de Pinochet Hitler o Mussolinni... A veces, pocas, algo se puede rescatar de la tele... Joan Garces, alguien a quien merece la pena escuchar (además de leer).

sábado, 22 de noviembre de 2008

Insurgencia

Toda barricada es siempre un objeto singular. Diferente de las demás por sus materiales, su población y su historia. No existe la barricada estándar. Antes que progreso técnico, es bricolage, recuperación de elementos residuales provenientes de cosntrucciones y destrucciones anteriores, tal que un collage.




París. Insurrección de Junio de 1848. Espacios insurgentes (este) y progesión de las fuerzas del orden (desde el oeste). Del sábado 24 por la mañana [ ___ ] al sábado por la tarde [-----], del domingo 25 por la tarde [.....] al lunes 26 a medio día [-.-.-]. Este mapa no prentede ser preciso. Trata de dibujar la evolución en el tiempo de un espacio insurgente, que se presenta variable, y no macizo. El mapa no puede representar la jornada del 23 de junio ni la noche siguiente, durante las cuales las situaciones fueron demasiado fluctuantes.
A. Corbin y J.-M. Mayeur (dir.), La barricade, planche IX.

viernes, 21 de noviembre de 2008

La révolution du désespoir

Nos enfrentamos siempre a una multitud de hechos aislados sobre la lucha del 23 de junio. Los materiales que tenemos delante resultan inagotables; pero al mismo tiempo nos ofrecen lo más esencial y característico.

La revolución de junio ofrece el espectáculo de una lucha encarnizada como Paris, como el mundo jamás la había visto hasta entonces. De todas las revoluciones anteriores, las Jornadas de Marzo en Milán son testimonio de la lucha más ardiente. Una población prácticamente desarmada de 170.000 almas se batieron contra un ejército de entre 20 y 30.000 hombres. Pero las Jornadas de Marzo en Milán son un juego de niños al lado de las jornadas de junio de París.

Lo que diferencia la revolución de Junio de todas las revoluciones precedentes es la ausencia de toda ilusión, de todo entusiasmo. El pueblo no se pone como en Febrero sobre las barricadas a cantar Morir por la patria —los obreros del 23 de junio luchan por su existencia, la patria ha perdido para ellos toda significación. La Marsellesa y todos los recuerdos de la gran Revolución han desaparecido. Pueblo y burguesía presintieron que la revolución en la cual estaban entrando era mayor que 1789 y 1793.

La revolución de Junio es la revolución de la desesperación y es con la cólera muda, con la siniestra sangre fría de la desesperación que se combate; los obreros saben que se enfrentan en una lucha a vida o muerte, y ante la gravedad terrible de esa lucha incluso el profundo espíritu francés se calla.

La historia no nos ofrece más que dos momentos con una relevancia semejante a la de la lucha que probablemente aún continúa en este momento en París: la guerra de los esclavos de Roma y la insurrección de Lyon de 1834. La antigua divisa lionesa «Vivir trabajando o morir combatiendo», también ella ha surgido de nuevo, de repente, tras catorce años, escrita en las banderas.

La revolución de Junio es la primera que divide verdaderamente la sociedad en dos grandes campos enemigos que están representados por el París del este y el París del oeste. La unanimidad de la revolución de Febrero ha desaparecido, esa unanimidad poética, llena de ilusiones deslumbrantes, llena de bellas mentiras y que fue representada tan dignamente por el traidor de las bellas frases, Lamartine. Hoy, la gravedad implacable de la realidad hace pedazos todas las seductoras promesas del 25 de Febrero. Los combatientes de Febrero hoy luchan entre sí, los unos contra los otros, y, lo que jamás se ha visto, no hay ninguna indifierencia, todo hombre capaz de llevar armas participa verdaderamente en la lucha sobre la barricada o delante de la barricada.

Las armas que se enfrentan en las calles de París son tan potentes como las armas que libraron la «batalla de las naciones» de Leipzig. Sólo eso prueba la enorme importancia de la revolución de Junio.

Pero pasemos a la descripción de la propia lucha...
F. Engels, "Les journées de juin 1848. Le 23 de juin", Neue Rheinische Zeitung, 28 juin 1848, n° 28, p. 1-2. Traducción libre del francés, apresurada incluso.

Yo condeno

Esta eterna acusación contra el cristianismo voy a escribirla en todas las paredes, --allí donde haya paredes,-- tengo letras que harán ver hasta a los ciegos... Yo llamo al cristianismo la única gran maldición, la única grande intimísima corrupción, el único gran instinto de venganza, para el cual ningún medio es bastante venenoso, sigiloso, subterráneo, pequeño, --yo lo llamo la única inmortal mancha deshonrosa de la humanidad.
F. Nietzsche, El Anticristo.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Educación para la ciudadanía

Yo digo que el rey debe ser juzgado como un enemigo, que no tenemos tanto que juzgarle como que combatirle... no veo punto medio: debe reinar o morir... No se puede reinar inocentemente. La paradoja es demasiado evidente: todo rey es un rebelde y un usurpador.
Saint-Just, Discurso del 13 de noviembre de 1792.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Moderación

Preciso es que quien quiera tener buen ánimo no sea activo en demasía, ni privada ni públicamente, ni que emprenda acciones superiores a su capacidad natural. Debe, más bien, tener una precaución tal que, aunque el azar le impulse a más, lo rechace en su decisión y no acometa más de lo que es capaz, pues la carga adecuada es más segura que la más grande.
Demócrito, en Kirk y Raven Los filósofos presocráticos, 593.

domingo, 9 de noviembre de 2008

La vida como negocio

Ahora somos menos soberanos y más empujados a convertirnos en autónomos, menos responsables individualmente y más llamados a implicarnos colectivamente. Ya no estamos respaldados por contratos, civiles o políticos, de naturaleza tal que comprometan seriamente nuestros comportamientos, sino que somos permanentemente arrastrados por el infinito proceso de negociación de nuestros destinos.
J. Donzelot, La invención de lo social.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Ley natural

No basta con que las condiciones de trabajo se presenten como capital en un polo y que, en el otro, se presenten los hombres que no tienen nada que vender más que su fuerza de trabajo. En el transcurso de la producción capitalista se va desarrollando una clase obrera que, por educación, tradición y costumbre, reconoce como leyes naturales evidentes las exigencias de ese modo de producción. La organización del proceso de producción capitalista desarrollado vence cualquier resistencia, la continua creación de una superpoblación relativa mantiene la ley de la oferta y la demanda y, por tanto, el salario, dentro de los raíles que corresponden a las necesidades de valorización del capital, la coacción muda de las relaciones económicas sella el dominio de los capitalistas sobre los obreros. A decir verdad, se sigue aplicando aún fuerza extraeconómica, directa, mas tan sólo excepcionalmente.
K. Marx, El Capital, libro I, tomo III.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

En el instante suspendido

El instante de la guillotina crea otro monstruo, el de una cabeza desprovista de cuerpo que piensa, pero que sólo puede pensar, se supone, una cosa: "Pienso, pero no existo".
D. Arasse, La Guillotina y la figuración del horror.

Pablo Lópiz Cantó

Para una filosofía de la inmanencia