martes, 9 de agosto de 2011

Mensaje entrecortado...

...de un insurgente a sus compañeros de Londres:

"Si tuviéramos que decidir ahora sobre si era o no conveniente empuñar las armas, incendiar y saquear las casas de nuestros conciudadanos... yo sería uno de los que estimaría que había que pensarlo bien y quizá hasta aprobaría que se prefiriera una tranquila pobreza a una peligrosa ganancia. Pero, puesto que las armas las hemos empuñado ya y se han cometido muchos desmanes, me parece que lo que debemos pensar es que no hay por qué abandonarlas ya y cómo podemos hallar defensa para los males que se han cometido. Yo creo sin ningún género de dudas que esto, aunque no nos lo diga nadie, nos lo dice nuestra misma necesidad. Estáis viendo a toda esta ciudad llena de rencores y de odio contra nosotros... Podéis creer que se traman lazos contra nosotros y que se aprestan fuerzas contra nuestras cabezas. Debemos por tanto tratar de obtener dos cosas y proponernos dos fines en nuestras deliberaciones. El primero es que no se nos pueda castigar por lo que hemos hecho en los días pasados; y el segundo, que podamos en adelante vivir con más libertad y más satisfacción que en el pasado; nos conviene por tanto, según mi parecer, si queremos que se nos perdonen los anteriores desmanes, cometer otros nuevos, redoblando los daños y multiplicando los incendios y los saqueos, y apañándonos para tener muchos más cómplices, porque, cuando son muchos los que pecan, a nadie se castiga; y a las faltas pequeñas se les impone una sanción, mientras que a las grandes y graves se les da premios. Por otra parte, cuando son muchos los que padecen atropellos, son pocos los que tratan de vengarse, porque los daños que afectan a todos se soportan con más paciencia que los particulares. El aumentar, por tanto, los males nos hará perdonar más fácilmente y nos dará la posibilidad de conseguir lo que deseamos obtener para nuestra libertad. Y me parece que vamos hacia seguros resultados, porque los que podrían oponérsenos están desunidos y son ricos. Su desunión nos dará la victoria; y sus riquezas, una vez que sean nuestras, nos servirán para mantener dicha victoria. No os deslumbre la antigüedad de su estirpe, de la que presumen ante nosotros, porque todos los hombres, habiendo tenido un idéntico principio, son igualmente antiguos, y la naturaleza nos ha hecho a todos de una idéntica manera. Si nos quedáramos todos completamente desnudos, veríais que somos iguales a ellos; que nos vistan a nosotros con sus trajes y a ellos con los nuestros y, sin duda alguna, nosotros pareceremos los nobles y ellos los plebeyos; porque son sólo la pobreza y las riquezas las que nos hacen desiguales. Me duele mucho porque veo que muchos de vosotros se arrepienten, por motivos de conciencia, de las cosas hechas, y quieren abstenerse de las que vamos a acometer. De verdad que, si eso es cierto, vosotros no sois los hombres que yo creía que erais. Ni la conciencia ni la mala fama os deben desconcertar, porque los que vencen, sea cual sea el modo de su victoria jamás sacan de ésta motivos de vergüenza. En cuanto a la conciencia, no debemos preocuparnos mucho de ella porque donde anida, como anida en nosotros, el miedo del hambre y de la cárcel, no puede ni debe tener cabida el miedo del infierno. Y es que, si observáis el modo de proceder de los hombres, veréis que todos aquellos que han alcanzado grandes riquezas y gran poder, los han alcanzado o mediante el engaño o mediante la fuerza; y, luego, para encubrir lo ilícito de esa adquisición, tratan de justificar con el falso nombre de ganancias lo que han robado con engaños y con violencias... Se debe, pues, emplear la fuerza siempre que se presente la ocasión; y esa ocasión no nos la puede ofrecer mejor la fortuna, estando como están desunidos todavía los ciudadanos... De este modo, o quedaremos enteramente dueños de esta ciudad o conseguiremos una parte importante de ella, que no solamente se nos perdonarán las faltas pasadas sino que tendremos fuerza suficiente para poder amenazarlos con nuevos daños... Además yo creo que, cuando vemos que nos preparan cárceles, tormentos y muerte, es más peligroso estarse quietos que el tratar de librarse de ellos, porque en el primer caso los males son seguros mientras que en el segundo son solo posibles. ¡Cuántas veces os he oído quejaros de la avaricia de vuestros superiores y de la injusticia de vuestros magistrados! Ahora es el momento no solamente de libraros de ellos, sino incluso de poneros tan por encima de los mismos, que sean más bien ellos los que tengan que quejarse y dolerse de vosotros, que no vosotros de ellos. Las oportunidades que la ocasión nos brinda pasan volando y, una vez que han pasado, es inútil que tratemos luego de alcanzarlas. Ya veis los preparativos de vuestros enemigos. Adelantémonos a sus planes..."
Arenga de un miembro anónimo de la plebe durante la revuelta de los Ciompi, en Florencia, en 1378. Cf. N. Maquiavelo, Historia Florentina, Libro III, cap. XIII. He usado la traducción de Félix Fernández Murga, de la selección de textos que editase Capitan Swing bajo el título de Florencia Insurgente.

viernes, 21 de enero de 2011

Muerte accidental...

Ha muerto Mohamed Reda, de 16 años, quien el pasado 8 de enero realizó su "vuelo" al más estilo Pinelli. Desde un quinto. Nadie le escribirá una obra de teatro. Pero es que en la actualidad el buen teatro no se escribe ni representa. Ahora se acciona. Lo hicieron los cuarenta chavales como los cuarenta ladrones del cuento de Alí-Babá. Hace apenas una semana. Teatro de calle. Teatro subversivo al estilo de los Diggers de San Francisco, pero ya sin mitologías de paz y amor ni del poder de las flores. Arte situacionista. Espero con atención a que tenga lugar un nuevo happening, la definitiva performace.

martes, 18 de enero de 2011

El mundo no es de los hombres

Mrs. Ícaro

No soy la primera ni la última
en permanecer sobre una loma
viendo al hombre con el que se casó
demostrar al mundo
que es un total, completo, absoluto, Sobresaliente
[gilipollas.

Carol Ann Duffy, The World's Wife
Mi torpeza a la hora de traducir poesía me obliga a escoger (para minimizar los destrozos) uno de los más breves poemas del fascinante libro de Carol Ann Duffy, El mundo de las esposas. En él, la escocesa afincada en Manchester desgrana voces que apenas sí habíamos sospechado existieran. Voces de mujeres que traicionan la perspectiva de los héroes que configuran nuestro imaginario. Los héroes de la mitología griega o cristiana. Pero también los héroes de nuestra historia reciente. Nuestras últimas mitologías. Elvis o Darwin. Freud. No importa.

Recuerdo que hace ya un tiempo el escritor Raúl García me habló de su proyecto de recomponer algunos mitos clásicos desde renovados enfoques. Algunas de estas relecturas, como aquella inolvidable en que se entrelazaran Teseo, el Minotauro y Ariadna, se pueden encontrar en su libro Calderilla. El libro de Carol Ann Duffy se sitúa en esta misma estela. Son muchos los poemas que de su libro me fascinan. Hay uno, sin embargo, que me resulta definitivo. Habíamos permanecido algunos --yo, por desgracia (maldito desde hoy sea Blanchot), he sido uno de ellos-- presos de la voz y la mirada de Orfeo. La autora me devuelve como en un relámpago, la voz de Eurídice. Como en sus ácidos Diálogos de los muertos hiciera Luciano de Samósata, Carol Ann Duffy nos ofrece la percepción de la muerta que descansa ya, harta de ser la Musa, harta de tanto músico y poeta.

PD.: Según el wikipedia, Duffy es Poet Laureate, es decir, poeta de la corte de Inglaterra, desde abril de 2009. Es la primera mujer y la primera persona abiertamente homosexual que obtiene el puesto.

sábado, 15 de enero de 2011

Para que no cese la rabia

Hoy, en el periódico de la mañana, se informa de la huída de Zine el Abidine Ben Alí tras 23 años de autocracia en Tunisia. Su derrota había sido anunciada en la frase que los manifestantes tunecinos habían coreado durante las últimas jornadas:

"O nos matáis a todos u os vais".

El primer golpe ha resultado efectivo. Ahora otros tratarán de ocupar su lugar, de hacer pervivir el orden viejo bajo un tinte nuevo de democracia. ¿Se agotará la revuelta? Hace tiempo que no parece apropiado seguir usando conceptos como los de “ciclo de luchas” o “rizomas”. Los combates se dan aislados. Estallan para, a continuación, dejar paso a un silencio que sólo resulta interrumpido por otro estallido en otro lugar, sin aparente continuidad alguna. No se detecta contagio ni comunicación entre los diversos focos de resistencia que, como fogonazos brevísimos, iluminan el lado oscuro de nuestras vidas. La salida de Ben Alí del país y del gobierno no debe ser entendida como una victoria definitiva. Es, sin duda, un logro en el conflicto, como lo es la liberación de los detenidos durante los altercados. Lo inesperado ha acontecido. El espacio de lo posible se ha abierto al afuera. Ahora bien, esta apertura no supone de ninguna manera la llegada del reino de la libertad o la aurora prometida. A partir de este momento tendrá lugar una recomposición de las estrategias de dominación política. En ese sentido, la fuga del mandatario no representa sino una medida, entre otras posibles que se tomarán, para estabilizar la situación y apagar la exuberante expresión de la potencia rebelde de la población tunecina. Ben Alí está acabado. ¿Lo estará también la revuelta?

jueves, 6 de enero de 2011

Arde el mar

Lo leo en El País, periódico que, por lo demás, detesto. Ni siquiera se preocupa de la corrección ortográfica. Qué pensar, pues, de la veracidad de sus noticias. Me interesan, con todo, ciertas informaciones:

Mohamed Bouazizi. Tunecino. 26 años. Licenciado en informática. En paro. Para subsistir se dedicaba ilegalmente a la venta ambulante de frutas. Asediado por la policía, el 17 de diciembre de 2010 se rebela contra lo insoportable. Se quema a lo bonzo frente a la sede del Gobierno Civil en la ciudad de Sidi Bouzid.

El fuego en que arde Bouazizi se extiende por todo Túnez. Las movilizaciones proliferan, desde las pequeñas ciudades hasta llegar a la capital, donde miles de personas se manifiestan. El 24 de diciembre, en Mezel Bouzayane otro joven se lanza contra el tendido eléctrico mientras grita contra el paro. Se suman a él dos muertos por sendos impactos de balas disparadas por las fuerzas del orden. La represión se extiende sin que las movilizaciones cedan.

El miércoles 5 de enero de 2011, 5.000 asistentes al entierro de Bouazizi corean una consigna definitiva:

"Hoy te lloramos, pero mañana haremos llorar a los que te han empujado al suicidio".

Durante esta última madrugada del jueves las protestas se han extendido a una decena de ciudades de Argelia. En Orán cientos de jóvenes se enfrentaron muy violentamente contra la policía. El Mediterráneo está en llamas.

Pablo Lópiz Cantó

Para una filosofía de la inmanencia